Ella viaja todos los fines de semana y los días lunes se dedica a vender bordados típicos en el tianguis de Ixmiquilpan, coloca su puesto a un costado del techado 1. Hace aproximadamente cinco años empezó a vender en dicho lugar y conoció Ixmiquilpan gracias a pláticas de amigos y familiares.
Luisa nos cuenta que cada ocho días viaja con su mercancía durante seis horas, desde su pueblo, ubicado en la sierra norte de puebla, viaja de Xolotla a Pahuatlán, de ahí a Tulancingo, luego a Pachuca. De Pachuca a Actopan y por ultimo llega a Ixmiquilpan. Usa esa ruta porque con el tiempo aprendió que es más económica. Llega a Ixmiquilpan desde el día domingo y se regresa a su pueblo el día martes. Las noches que se queda lo hace en un cuarto en renta, donde le cobran mil pesos por mes.
Aunque su viaje parece mucho en tiempo y dinero, la señora luisa nos platica que no gasta más de $400.00 de pasaje en venida y vuelta.
Ella realiza bordados típicos que con la ayuda de una costurera los adhiere a blusas, camisas o faldas. Compra la tela, manda a hacer las prendas y en moldes aparte hace el bordado que después manda a poner. Desde los diez años de edad aprendió a bordar por enseñanza de su mamá. Comenzó haciendo bordados para sus blusas y vestidos que usaba, y después para venderlos.
Ella nos cuenta que cuando tienen muchos pedidos se ve en la necesidad de contratar a más de una persona en su pueblo, para que le ayuden a terminar su trabajo. La mayoría del trabajo lo hace ella sola en el transcurso de la semana, mientras está en su pueblo.
El trabajo de bordar es laborioso, un día no basta para avanzar en algún trabajo, sin embargo, aunque es un trabajo artesanal muy laborioso las personas no quieren pagar el precio del trabajo.
Las camisas tienen un precio de $600.00, las blusas varían de $200.00 a $300.00, dependiendo el tamaño y tipo de bordado También vende estampas bordadas, que van de $50.00 a $80.00. Antes hacía bordados típicos de su comunidad. Ahora se ha visto influenciada por los bordados que se hacen en la zona.
En el pueblo de doña Luisa Hernández Jiménez muchas personas hacen bordados que venden en su propia localidad, por esta razón decidió buscar otros lugares donde pudiera vender sus productos. Actualmente también vende por pedido a cualquier lugar de la República, cobrando un dinero extra por el envío.