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Rosa Ángeles Zeferina venció la polio y enfrenta la vida con fe

Alfajayucan, Hidalgo, 16 de abril de 2025. Doña Rosa Ángeles Zeferina, de 72 años de edad, enfrenta la vida con fe y determinación. En entrevista, compartió que, a pesar de haber nacido con secuelas de polio que le impidieron caminar durante gran parte de su vida, ha encontrado en su fe una fuente de fortaleza y sentido.

Originaria de El Calvario, Rosa vive en una pequeña casa desde la cual, cada día, sale a vender bolsas de cacahuates, pepitas y otras botanas por la cabecera municipal. Relata que evita caer en la tristeza gracias al apoyo de su hijo y a la Pensión del Bienestar que recibe. «La vida no ha sido muy justa conmigo, pero mi hijo me ayuda y eso me da ánimos», comentó.

Aunque recuerda poco de su infancia y adolescencia, señala que, como el resto de su vida, fueron etapas difíciles. Comenzó a caminar hasta los 15 años, por lo que durante mucho tiempo tuvo que arrastrarse para desplazarse, enfrentándose a las duras superficies del concreto y lo rústico de la tierra. A los ocho años sufrió una grave quemadura: “Sólo recuerdo que me retorcí en el piso, era lo único que podía hacer mientras alguien me auxiliaba”, contó.

Pese a las adversidades, Rosa logró formar una familia, aunque también enfrentó tragedias: perdió a una hija al nacer, otra falleció a los tres años tras ser mordida por un perro con rabia, y una más murió de bronquitis después de una lluvia intensa.

“Al ser discapacitada, entendí que Dios tiene sus razones para ponernos en estas condiciones. Encontré en mi hijo la motivación para seguir adelante, aunque su papá nos abandonó cuando él tenía apenas cuatro años”, relató.

Nunca le gustó pedir ayuda. “Nunca mendigué, ni le pedí nada al gobierno. Fui madre y trabajé lavando ropa, planchando, haciendo lo que podía para comprar nuestro terrenito”, recuerda con orgullo.

Como consejo, Rosa expresa: “A quienes no pueden usar alguna parte de su cuerpo, les digo que crean en Dios, que no renieguen su condición. Él sabe por qué hace las cosas”. Añadió que es importante no rendirse, especialmente para no caer en la depresión que ella misma vivió al crecer sus nietos. Hoy, continúa enfrentando la vida con dignidad y alegría, recorriendo el centro de Alfajayucan con sus productos, dando todo por la vida.