Chilcuautla Hidalgo., 24 de diciembre de 2024. La parroquia de Chilcuautla, dedicada a Santa María Asunción, guarda en sus bóvedas archivos viejos resguardados bajo llave, donde se encuentran inscritas narraciones que revelan mucho sobre la historia de este municipio, como lo es el registro poblacional que data desde que inició su fundación, en 1602, según cuenta Ricardo Rafael García Moran, encargado de la oficina parroquial.
Mencionó que se trata de libros tan viejos y preciados que contienen por ejemplo los sacramentos que cumplieron y la causa de muerte de la población, todo escrito con una letra muy bonita o algo confusa, dependiendo de la caligrafía del fray o sacerdote en turno. Como la letra cursiva de la imagen escrita por Rafael Gónzales. Este es uno de los libros de registro que no se encuentra bajo llave por tratarse de años más recientes y material más duradero, data de 1859.
Ricardo ha sido encargado de esta oficina por 6 años, y explica que antes estuvo en la parroquia del municipio de Tasquillo donde incluso llegó a ver libros aún más viejos qué incluyen dibujos de las personas.
El templo como tal fue construido en 1789, y han transcurrido varios frailes, a quienes hoy se les conoce como sacerdotes, entre ellos el primero Fray Juan Dareta y hoy Juan José Monciño.
En cada comunidad las parroquias han cumplido una misión importante de evangelización pero antiguamente estas hicieron actividades como los censos poblacionales que hoy realiza el registro familiar o INEGI. Además de que muchas cumplieron el papel que desempeña hoy el gobierno, como el de educar.
Fue hasta la guerra cristera cuando en México se marcó completamente esa distinción entre iglesia y estado con la promulgación de las Leyes de Reforma. En el municipio de Chilcuautla también se vivió ese periodo de persecución religiosa, registro de ello se encuentra en uno de los libros donde bajo la leyenda de “Advertencia” se indica que la iglesia fue abandonada por aproximadamente 25 años, por lo que no se tiene registro de los bautismos de ese periodo, aunque algunos se registraron en parroquias cercanas como la de Ixmiquilpan o Mixquiahuala. Otros libros fueron destruidos.
Ricardo cuenta que la presencia de frayles en el municipio fue muy importante para la enseñanza de técnicas de cultivo, interpretación del cielo, la educación básica, incluso la construcción de varias obras como los canales de riego. “Era común ver al padre alemán Clemente Jortermar con su azadon haciendo faena en la comunidad, por eso una calle lleva su nombre”.
A decir de Ricardo no se impuso el español en estas comunidades “al revés los frayles aprendieron las lenguas maternas”, muestra de ello son las pinturas indígenas de la iglesia de Ixmiquilpan y otras elaboradas también por manos indígenas de Chilcuautla en su parroquia.
Explicó el encargado de la oficina parroquial que entre otras curiosidades que alberga este templo es un retablo de 1725 que fue contemplado en el libro Historia de la Optometría en México por tratarse de una pintura única, ya que en ese tiempo no era común el uso de anteojos, y en la imagen uno de los representados lleva unos puestos.
Ricardo invita a la población a interesarse por la historia de la comunidad, de la parroquia y sobre todo de Dios. Mencionó que insteresarse por la historia puede llevarnos a conocer datos curiosos como que según Chilcuautla tiene una maldición porque en años antiguos los pobladores mataron a un sacerdote.
Mencionó que todo lo que se encuentra dentro de la parroquia pertenece al gobierno federal y es administrado únicamente por el INAH. El daño o robo de alguna pieza es altamente penado por tratarse de riqueza nacional, es por ello que este tipo de archivos se guardan con celo.