Mayra Edith Simón Fuentes, licenciada en Arte Dramático, recibió su preparación académica en el Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, dramaturga y directora de la Compañía Teatral Manzanitas Escena y que, actualmente es coordinadora del Centro Cultural del Valle del Mezquital, nos comparte para El Huarache Hidalgo un poco de su arte y proceso creativo.
Mayra Simón fue una niña que creció creyendo que podría alcanzar el estrellato, estuvo en constante formación artística en espacios como el que ahora coordina, tomando clases de música, ballet, etc., recuerda con cierta ironía que, dentro de su preparación, nunca hizo teatro, sino hasta que ingresó a la licenciatura, quedando enamorada de la literatura, la técnica y la poética, lo cual fue un proceso muy constructivo para ella, porque cuando ella entra a la universidad se le dice que tiene que desprenderse de lo que ella era, lo cual para ella fue un proceso muy duro el ocultar lo que ella era y creía, lo cual cambia con su taller de dramaturgia, en el que ella descubre el tipo de teatro al que se quiere dedicar.
Su obra más emblemática hasta el momento es la obra titulada Los perros que sólo reconocían las enaguas, para hablar de esta obra, Mayra nos da un poco de contexto, ella se fue un tiempo de intercambio a la Facultad de Bellas Artes en Querétaro, donde francamente no se siente del todo a gusto y es ahí donde comienza a ser autodidacta y se muda a la Ciudad de México, donde toma diferentes talleres, uno de ellos lo toma con la dramaturga Ximena Escalante, que empata con la pérdida de su abuela materna, quien para ella era como una mamá.
Cuando su abuela muere, ella se da cuenta que muere en un estado de depresión, por la pérdida de su abuelo (marido de su abuela), ella creció con la historia de sus abuelos enamorados y pensó que realmente así era. Después de la muerte de su abuela materna, se da cuenta que su abuela realmente nunca estuvo enamorada y que su abuelo se la “robó” siendo una niña, cuando Mayra se da cuenta de eso, nace en ella un sentimiento de culpa por no haberse permitido ver esa parte de ella.
Ahí nace la antítesis que plasma en su obra, donde narra la vida de su abuela, una niña que fue robada, que nunca tuvo la oportunidad de amar, ni de convertirse en una mujer independiente y que muere en la depresión. En el momento en que ella se da cuenta de que tiene la antítesis de esa historia es cuando contrasta esa historia que viene por parte de su familia materna, con la de su familia paterna, específicamente con sus tías, quienes son de la comunidad de Manzanitas Cieneguilla, Cardonal. Manzanitas es una localidad de 12 habitantes, en donde prácticamente todos sus habitantes son mujeres de la tercera edad.
Las mujeres de esta localidad decidieron no tener descendencia, lo cual, por un momento, a ella le parece una decisión empoderada, impresión que cambia cuando se adentra a conocer sus vidas y procesos y se da cuenta que más que por empoderamiento, esa decisión fue tomada por resiliencia, puesto que dieron prioridad al cuidado familiar, donde prácticamente todos sus hermanos eran hombres, a lo que ellas deciden cuidar a sus hermanos y papás, así nace Los perros que sólo reconocían las enaguas,
La obra en mención narra historias de resiliencia y resistencia, en el que su mensaje principal es el de cuidar y escuchar a nuestros adultos mayores.
Mayra cree fervientemente que los adultos mayores merecen ser escuchados y que alguien le dé importancia al dolor que en ocasiones ellos llevan cargando por años, con Los perros que sólo reconocían las enaguas, ella se disculpa con su abuela por no haberla escuchado y comprendido en vida.
Ahora, ¿por qué el título? Mayra nos lo explica, Mayra tiene una tía, su tía Luisa, quien, en una ocasión, cuando ella tenía aproximadamente siete años, la acompaña a la tienda y cuando iban camino a la tienda, sale un perro, lo que hace su tía, para protegerla es abrazarla y quien resulta lastimada por el perro es su tía Luisa, esto es parte de la historia, lo que Mayra considera como una especie de señal de la vida.
Años después, cuando ella vuelve a Manzanitas para entrevistarse y conocer las historias de las habitantes de la localidad, una de las primeras casas en visitar es la de su tía Tomasa, quien es uno de los personajes y recuerda que cuando va a bajar del taxi, ve a una manada de perros que se le van a echar encima, lo que la remonta a su trauma de niña, pero al momento sale su tía Tomasa y le dice “no te van a hacer nada, estos perros reconocen las enaguas”, lo cual ella ve posteriormente que así es, los perros de Manzanitas no te atacan si huelen que eres mujer.
Convirtiéndose los perros en esa figura del cancerbero de las mujeres de Manzanitas, lo que para ella significa que la figura del perro es de ese personaje que las acompaña en su espacio de soledad.
Hace poco estrenó OVNI (O de Cómo Viajar al (espacio) Interior), que también tiene como escenario al municipio del Cardonal, en el Centro Cultural del Bosque. Por parte de la Coordinación Nacional de Teatro, obra que para ella fue un proceso muy complicado, porque la Ciudad de México es una Ciudad enorme “como un monstruo”, en la que sintió que los mecanismos de producción la sobrepasaron, impresión que mejora un poco al escuchar las críticas hacia su obra, las cuales fueron muy positivas.
Puesto que a la mayoría de la audiencia le hizo recordar a las ancentras de sus familias.
Sin lugar a dudas, Hidalgo es una tierra de escritores y Mayra es uno de ellos que están poniendo en alto el nombre de su municipio.