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El Huarache

Voz y Huella del Mezquital

San Antonio Sabanillas, municipio de Cardonal Hidalgo, fue fundado hace 158 años

* Es un pueblo con historia, tradiciones, formas de organización e identidad cultural.

14 de septiembre de 2024. San Antonio Sabanillas, una localidad indígena del municipio de Cardonal Hidalgo, celebró su aniversario número 158 con un programa socio-cultural, donde el profesor y cronista Juan Filogonio Peña Ambrosio ofreció una reseña sobre la historia y orígenes de la comunidad.

San Antonio Sabanillas se localiza al suroeste de la cabecera municipal de Cardonal. El clima es semiseco, con flora que incluye nopales, órganos, y diversas especies de cactáceas. La fauna está compuesta por conejos, liebres, coyotes, águilas y otros animales.

La historia de este poblado, según el profesor Juan Filogonio Peña Ambrosio, se remonta a tiempos prehispánicos, cuando grupos indígenas, probablemente hablantes de otomí, comenzaron a establecerse en la zona. Estos primeros habitantes, nómadas al principio, se asentaron de forma permanente al descubrir recursos suficientes para sobrevivir.

El cronista menciona que el origen del nombre «Sabanillas» proviene posiblemente de un término indígena o de la influencia española, refiriéndose a grandes barrancas o cuevas que abundaban en la zona.

Con la llegada de los españoles en 1521, la región que actualmente es Cardonal también fue explorada y colonizada. En 1540, don Alonso de Villaseca y su esposa, doña Francisca, trajeron consigo varias imágenes religiosas, siendo la más destacada la de la Purísima Concepción, que fue depositada en la parroquia del municipio. Este acto marcó el inicio de la evangelización en la región, un proceso que resultaría en la construcción de templos y la formación de nuevas comunidades.

Entre las imágenes traídas por los colonizadores también estaba la de San Antonio de Padua, que posteriormente se convirtió en el patrono de la comunidad de San Antonio Sabanillas. Según registros encontrados por el cronista, en 1546 ya existía un documento en el que se mencionaba la devoción a San Antonio de Padua, lo que refuerza la idea de que la comunidad fue fundada formalmente durante ese periodo.

El profesor Juan Filogonio Peña Ambrosio refiere los conflictos que marcaron la historia de la comunidad de San Antonio Sabanillas. Una perspectiva detalla los problemas territoriales, la lucha de sus habitantes por establecer su identidad y los procesos que llevaron a la formalización del pueblo.

A mediados del siglo XVIII, San Antonio Sabanillas enfrentaba una serie de conflictos relacionados con límites territoriales, en gran parte ocasionados por hacendados locales. Tras la llegada de nuevas familias surgieron pleitos con personajes influyentes como José Fuentes y su hermano Alejandro, quienes no respetaban los acuerdos previamente establecidos. Estos conflictos no sólo afectaron a los habitantes de la región, sino que también provocaron la migración de algunas familias hacia otras tierras en busca de paz.

Uno de los momentos críticos fue la imposibilidad de los feligreses de asistir a misa en el paraje de Santa Teresa, ya que los hacendados les impedían el paso. El control de las tierras y la disputa por el poder afectaron profundamente la vida religiosa y social de la comunidad. En este contexto, Francisco Diego, un habitante de la región, tomó la iniciativa de gestionar la construcción de una capilla para San Antonio, un paso fundamental en la organización de la comunidad.

Francisco Diego, motivado por su devoción a San Antonio, comenzó a gestionar ante la autoridad sacerdotal de la Ciudad de México la construcción de una capilla. Este proceso no fue fácil, ya que las autoridades eclesiásticas se negaban a autorizar el establecimiento de una capilla formal, mucho menos a reconocerla como parte de la catedral. Fue hasta 1778 cuando Francisco Diego logró avanzar en su objetivo, con la ayuda del Conde de Alarcón.

A partir de ahí la comunidad comenzó a consolidarse alrededor de la capilla dedicada a San Antonio de Padua. La unión de la imagen del santo con los habitantes de la región marcó el comienzo de una nueva identidad para el pueblo, que se conocería como San Antonio de Sabanillas, combinando la devoción religiosa con el nombre de los habitantes originarios de la región.

La lucha por el reconocimiento oficial de San Antonio Sabanillas no terminó con la construcción de la capilla. Fue hasta el 14 de septiembre de 1866 cuando, bajo la autoridad del alcalde Epitafio Barrera, se realizó un deslinde formal de los terrenos que conformaban el pueblo.

El profesor Juan Filogonio destacó la importancia de este momento, citando documentos históricos que relatan cómo los vecinos y colindantes de la región participaron en la delimitación de las tierras. Se establecieron mojoneras y puntos de referencia que definieron los límites del pueblo, con la presencia de autoridades municipales y locales.

Algunos logros importantes en la historia del pueblo fue la fundación de su primera escuela en 1912, durante el gobierno del presidente municipal Primitivo Saavedra. Ésto marcó un avance significativo en la educación de la comunidad, estableciendo los cimientos para el desarrollo social, cultural y educativo de San Antonio Sabanillas.

La organización política y social de San Antonio Sabanillas ha evolucionado a lo largo de los siglos. Hoy en día está gobernada por un delegado municipal y cuenta con una estructura de comités encargados de áreas clave como el agua potable, la salud, la educación y el mantenimiento de caminos.

Subrayó el profesor Juan Filogonio que la comunidad sigue manteniendo su identidad y tradiciones, aunque ya no cuenta con los mismos recursos naturales que en el pasado, pero es importante seguir investigando y preservando la historia del pueblo, ya que cada detalle, desde los pleitos por la tierra hasta la fundación de su capilla, forma parte del legado que los habitantes actuales deben conocer y valorar, cuya tarea es para todos los habitantes.

La exposición del profesor y cronista Juan Filogonio Peña Ambrosio mereció los aplausos de los presentes, por su dedicación a la investigación de historia de su comunidad.